Los Dallas Cowboys son criticados constantemente por su manera de abordar la agencia libre. Mientras varios equipos firman a jugadores estrellas de gran magnitud, los Cowboys suelen esperar hasta que pase el furor inicial de la agencia libre para poder obtener buenos jugadores por un valor más justo. Sin embargo, a pesar de no hacer movimientos de mucho ruido, Stephen Jones y compañía han hecho un excelente trabajo este marzo.
El equipo tiene huecos, pero todas aquellas posiciones de necesidad han sido atendidas hasta el momento.
Pero con su último movimiento, los Cowboys llevaron su offseason a otro nivel. Después de ver a Randy Gregory ser suspendido de nuevo, Dallas tenía que hacer algo por un defensive end que había pasado de ser un proyecto a un titular confiable. En 2018, consiguió seis sacks en 14 juegos jugando opuesto a DeMarcus Lawrence. Esto a pesar de haber sido reinstalado en la liga semanas antes de la temporada.
Parecía que Dallas estaba listo para brillar con dos excelentes caza cabezas, pero la historia ha cambiado mucho. Por un lado, Gregory está fuera. Por el otro, Lawrence está en espera de una extensión de contrato que si no llega a tiempo, resultará en el defensivo de segundo equipo All-Pro rehusándose a jugar la temporada.
Los Cowboys aún están trabajando en llegar a un acuerdo con su caza cabezas estrella. Siendo sincero, me parece que es cuestión de tiempo para que esto ocurra. Dudo mucho que los Jones se atrevan a dejar ir lo que por tanto tiempo han buscado. Un defensive end que ha producido como un jugador de elite en las últimas dos temporadas con apenas 26 años de edad. Si Lawrence no recibe una extensión, los Cowboys habrán tenido un offseason perdedor. Pase lo que pase.
Muchos han interpretado la adquisición del ex-Miami Dolphin, Robert Quinn, como un reemplazo para Lawrence. No debería ser tomado de esta manera. Quinn tomará el lugar de Gregory y contribuirá a esta defensiva a un alto nivel opuesto a D-Law.
Los Dolphins y los Cowboys habían sido un tema de discusión por bastantes días ya. Se hablaba del la posibilidad de un trade por Quinn como algo muy factible. Con los Dolphins cambiando su esquema defensivo, era preferible conseguir algo a cambio por él que simplemente cortarlo. Los Cowboys apenas tuvieron que pagar una selección de sexta ronda del año 2020 por el defensivo veterano.
Además de esto, tuvieron que darle un contrato nuevo a Quinn para poder facilitar el intercambio. Este consta de un año por 9.2 millones de dólares. Esto incluye el bonus ya pagado por Miami. Realmente, una opción accesible para Dallas.
A pesar de tantos movimientos en agencia libre, la prioridad para los Cowboys continua siendo la misma. Extender a DeMarcus Lawrence. Si el equipo consigue llegar a la temporada con estos dos DE, la defensiva brillará muchísimo por su presión al QB.
Es una línea delgada para los Cowboys. Si consiguen extender a Lawrence, este offseason será visto como uno excelente. Si no lo hacen, será visto como uno muy malo. Por ahora, no queda más que estar al pendiente de todo lo que suceda con DeMarcus Lawrence y sus negociaciones con el equipo. Dudo que no veamos al producto de Boise State vestir la estrella cuando llegue septiembre.
