La temporada del 2018 se divide en dos para los Dallas Cowboys. Antes y después de Amari Cooper. El receptor llegó al equipo a media temporada por medio de un trade con los Oakland Raiders y cambió el rumbo de la ofensiva. Con su llegada, se elevó el nivel de todos los jugadores. Desde el mariscal de campo Dak Prescott hasta el receptor novato Michael Gallup, la ofensiva comenzó a ser mucho más productiva.
Al momento de intercambiar una selección de primera ronda por él, los Cowboys sabían que llegaría el momento de pagarle. Actualmente, Cooper está bajo contrato solo por la temporada del 2019 y en territorio de recibir una extensión para convertirlo en uno de los receptores mejores pagados en la NFL.
Es difícil, si no es que imposible, negar el impacto positivo que tuvo el receptor en el equipo. Es muy bueno, y lo dejó en claro la temporada pasada. No lo suficientemente bueno para estar en la discusión del mejor wide receiver en la liga, pero lo suficientemente bueno para llevar a la ofensiva a otro nivel.
Por el momento, todo parece indicar que la administración está decidida a extender a Cooper, pero lo que no sabemos es si antes de la temporada o después. Tampoco sabemos cuanto se le pagará. Esto último dependerá sin duda de algunas cuantas cosas que están por suceder.
Principalmente, las extensiones del New Orleans Saint Michael Thomas y el Atlanta Falcon Julio Jones. Ambos están esperando extensiones de sus respectivos equipos y podrían establecer un precio mucho más alto para los receptores en el mercado. Actualmente, es Odell Beckham quien lidera la posición promediando 18 millones de dólares anuales con los Cleveland Browns.
Para poner las cosas en perspectiva, se reporta que Michael Thomas está pidiendo 22 millones al año. Aunque aún está por verse si los Saints cederán o no, sería un incremento considerable en el mercado. Ahora, cabe mencionar que a pesar de que Cooper es un excelente receptor, no está en el nivel de Thomas. El receptor de los Saints está en la discusión de ser el mejor en la NFL y lleva siendo un arma de élite para los Saints desde que llegó a la liga en 2016, contando con más de mil yardas en cada uno de los tres años de su carrera y 23 touchdowns totales.
Ponerle un precio a la extensión de Cooper resulta muy complicado por las variables en cuestión. Además, juzgando por sus comentarios, no está tan preocupado por la extensión. Incluso, existe la posibilidad de que se esté apostando a sí mismo y quiera a esperar a firmar. De esta manera, podría tener un excelente 2019 y subir su precio en el offseason del próximo año.
Por ahora, sin embargo, me atrevería a asumir que su costo no bajaría de los 17 millones en promedio por año. Hace poco, Adam Thielen de los Minnesota Vikings firmó por $16.2M al año. Por más sorprendente que haya resultado el joven de Vikings en los últimos años, dudo que Cooper (quien acaba de cumplir 25 años) no gane más que un jugador que tendrá 29 cuando comience la temporada siendo que se puede decir que tiene un nivel de juego superior.
Si lo mínimo es 17 millones anuales, lo máximo (por ahora) debería de ser el mejor contrato actualmente, el de Beckham. Sin embargo, esa cifra cambiará próximamente. Si Thomas llega a un contrato antes que Cooper, se habrá convertido en el mejor pagado y estaremos hablando de un mercado cuyo valor habrá subido drásticamente.
Como es costumbre últimamente en la NFL, apresurarse a extender a los jugadores parece ser la mejor opción para los equipos. Esto lleva a muchos jugadores sobre pagados que no justifican sus ganancias, pero también lleva a jugadores cuyos precios subieron por haber querido esperar.
En el caso de Amari Cooper, tendremos que esperar a ver si realmente espera hasta el 2020 o si termina con una extensión previo a la temporada del 2019. Debido a que es un receptor, es lógico que sus negociaciones vayan indirectamente de la mano con aquellas de Dak Prescott, quien será su “mejor amigo” en el futuro.
Cuando uno firme su respectivo contrato, el otro estará mucho más cerca de hacerlo también.