El jueves arrancó la temporada número 100 de la NFL. Un nuevo inicio para los aficionados y para las franquicias que buscan hacerse camino al Super Bowl LIV el próximo febrero. Entre otros, los Dallas Cowboys buscarán regresar a su gloria de antaño. Y siendo sinceros, tienen un equipo que realmente luce como un contendiente legítimo al Lombardi Trophy.
El equipo de Jerry Jones tiene todas las fichas en la mesa este 2019. Su equipo depende en gran parte de un cuerpo de jugadores jóvenes, pero con experiencia. Tras despedir al coordinador ofensivo Scott Linehan a inicios de año, el Head Coach Jason Garrett estará trabajando por su futuro esta temporada.
A diferencia de ocasiones anteriores, Garrett no fue extendido por la directiva con un año restante en su contrato y tendrá que demostrar no solo que puede tener temporadas de playoffs en años consecutivos, pero que puede dar el siguiente paso en enero.
Además, con la temporada a días de distancia, los Cowboys no han extendido ni a su quarterback Dak Prescott ni a su receptor Amari Cooper. Si bien las extensiones podrían llegar cuando menos lo esperemos, es un equipo que realmente le está apostando al 2019.
¿Tienen el equipo para contender? Definitivamente si.
Discretamente, los Cowboys tienen uno de los equipos con más talento en toda la NFL. No hay ninguna posición en el equipo que sea una preocupación mayor. Las más débiles parecen ser tanto safety como tight end, pero incluso estas están cubiertas con jugadores que por lo menos podrían llamarse decentes. En tight end, Jason Witten y Blake Jarwin liderarán la posición como veterano y aprendiz. En cuanto a safety, enseguida de Xavier Woods no tardaremos en ver el ascenso del novato Donovan Wilson (quien sorprendió en el offseason) al puesto titular que probablemente comenzará ocupado por Jeff Heath.
Tienen titulares de calidad tanto en ofensiva como en defensiva. Su mayor problema en 2018 no fue falta de talento. Fue una ofensiva tendenciosa y conservadora. Incluso con la mejora notable cuando llegó Amari Cooper, la unidad de Linehan continuó dejando mucho que desear.
Si Kellen Moore puede cumplir expectativas, veremos el mejor año de la carrera de Prescott y a la mejor ofensiva de Cowboys desde (por lo menos) 2016.
Del lado de la defensiva, ni se diga. El año pasado, Jaylon Smith y Leighton Vander Esch tuvieron su primer año juntos y fueron extremadamente exitosos. Ahora regresan con mucho más experiencia. Lo mismo se puede decir en la secundaria para Woods, Byron Jones, Chidobe Awuzie, entre otros.
El año pasado terminaron siendo una de las mejores defensivas en toda la NFL y si consiguen robar el balón en 2019, subirán de nivel por completo.
Se ha hablado mucho del “drama” que se ha vivido en Dallas, pero seamos honestos, ¿cuál drama? Claro, las negociaciones con Ezekiel Elliott se complicaron mientras el corredor decidió ausentarse en training camp, pero ¿drama que haya impactado la concentración de los jugadores? No lo creo.
Jamás me había sentido con tanto optimismo respecto un equipo de los Dallas Cowboys. Tienen talento, y le tengo fe a Moore para que catapulte a esta ofensiva a otro nivel. Será un camino difícil, pero las expectativas para los Dallas Cowboys deberían de ser muy altas. Este año es importante.