En su cuarto y último año bajo contrato de novato, Dak Prescott ha jugado a un nivel muy alto después de siete semanas de acción. A pesar de recibir una opinión muy dividida entre los aficionados, el quarterback de los Dallas Cowboys ha jugado como uno de los mejores en la NFL hasta el momento. Prescott está muy, muy lejos de ser un mariscal de campo elite en esta liga y dudo que sea uno de los mejores el día de hoy, pero este 2019, su actuación y sus estadísticas lo han hecho ver como uno de ellos.
Después de siete partidos, Prescott lanza 8.9 yardas por intento – #3 en la NFL – y está empatado en cuarto lugar de la liga en touchdowns totales con 15. También es el #3 en yardas totales por aire con 2,123 hasta hoy, con solo Patrick Mahomes (Chiefs) y Matt Ryan (Falcons) encima de él. Pero, ¿son estas estadísticas suficiente para evaluarlo?
Por supuesto que no. De hecho, estamos acostumbrados a estadísticas que fallan en retratar la realidad del football americano. Es por eso que una de las tendencias más grandes en la liga es aquella de la aplicación de “Analytics.” La traducción más cercana sería “analítica” pero no es del todo correcta así que continuaremos refiriéndonos a este término como “analytics.”
En resumen, se trata de un análisis mucho más profundo y matemático del football americano. Nuevas métricas mucho más acertadas han aparecido en el deporte. El uso de nuevas estadísticas no solo ha cambiado como muchos analizan y ven el juego, sino la forma en la que los mismos equipos de la NFL operan. ¿Recuerdan aquel partido en el que John Harbaugh y los Baltimore Ravens tomaron decisiones agresivas en el cuarto cuarto, buscando el gane y no el empate contra los Kansas City Chiefs? Su mismo coach explicó lo mucho que confiaron en sus analytics.
Para entenderlo mejor, piensen en aquella ocasión en la que los Oakland Athletics revolucionaron la MLB y el baseball con su enfoque en estadísticas del libro de Bill James y la estrategia denominada “Moneyball.” Hay una película de ello.
No es exactamente igual, pero vaya que es parecido. Equipos que antes ni soñaban con jugársela en cuarta oportunidad en la mayoría de los escenarios están haciéndolo porque estos análisis dictan que así debe ser.
Pero en fin, de vuelta a Dak Prescott.
A continuación tenemos una gráfica de Ben Baldwin que retrata la eficiencia de los quarterbacks en la NFL en lo que va del 2019. Como podrán ver, el nombre de Dak Prescott aparece en una de las mejores posiciones de toda la gráfica. Ni siquiera nombres como el de Patrick Mahomes, Deshaun Watson ni Russell Wilson se acercan al de Dak. ¿Pero que significa esta gráfica? Lo explico.
En el eje X, tenemos el porcentaje de pases completos por encima de lo esperado basado en profundidad del objetivo. Es decir, depende de que tan lejos va el pase (es más difícil conectar en un intento de 20 yardas a en uno de 10) hay un porcentaje “esperado” en toda la NFL. Este porcentaje está previamente determinado gracias a una gran cantidad de datos históricos. La posición de Prescott quiere decir que casi completa más del 10% de ese estimado.
El dato que tenemos en el eye Y es un poco más complejo. En inglés se llama EPA (Expected Points Added), que se traduce a “Puntos Esperados Agregados.” Suponiendo que un corredor corre tres yardas en dos ocasiones en el mismo partido… ¿Cuál acarreo es mejor? La respuesta de muchos puede ser “ambas son iguales” pero eso es falso. La verdad es que depende de la situación.
En tercera oportunidad y diez por avanzar, una corrida de tres yardas es irrelevante. En tercera y dos, sin embargo, es una jugada muy exitosa. Es por eso que esta métrica le da a cada situación en específico un valor de Puntos Esperados Agregados (EPA).
Como da el ejemplo Advanced Football Analytics,
“Para un 1era y 10 en la 20 de la misma ofensiva, son +0.4 puntos netos y en la 20 del oponente son +4.0 puntos netos. Estos valores de puntos netos son llamados “Puntos Esperados,” y todas las situaciones de downs-distancia-posición de campo tienen un valor de Puntos Esperados correspondiente.”
En la gráfica anterior, el eje Y representa dichos puntos esperados agregados por jugada, y Prescott está casi en la cima de dicha categoría también.
Estas estadísticas y más han aparecido recientemente en la NFL, y han dado mucho de que hablar. En el caso de Prescott, nos han dejado ver lo efectivo que ha sido en el año más importante de su carrera. Es el #1 en muchas estadísticas de analytics que evalúan puntería de quarterbacks, incluyendo porcentaje de puntería, de yardas en el aire por intento, pases “on-target”, etc.
Es el #2 en una de mis estadísticas favoritas: DVOA. Lo que mide DVOA puede sonar similar a “EPA.” Esta métrica toma todas las situaciones en las que un equipo puede encontrarse (incluyendo rival, clima, down-y-distancia, etc.) y compara su éxito con el resto del de la NFL. Prescott es el segundo mejor en esta categoría después de siete semanas.
Conforme avanza la temporada, es más y más difícil ignorar lo bien que ha jugado el quarterback de los Dallas Cowboys. Hay algunos cuantos problemas en el actual líder de la NFC East, pero su mariscal de campo está lejos de ser uno de ellos. Y los aficionados de la Estrella Solitaria deberían estar felices al respecto.