Jugadores como Jason Witten no vienen cada año. Por muchos años, la pregunta ¿por qué somos aficionados a los deportes? ha intentado ser contestada por muchas personas.. A pesar de que quizá nunca se llegue a una respuesta definitiva a esta duda, una de las razones principales es sin duda alguna, los héroes.
Jugadores como Jason Witten se ganan un lugar en la mente y en el corazón de los fans y los convierten en ídolos dentro y fuera del campo. Los hacen una especie de seres inmortales y se convierten en los personajes principales de sus historias favoritas. Historias que se contarán a sus hijos, nietos, amigos y futuros fans de los Dallas Cowboys (y de la NFL en general).
Personalmente, estoy seguro de que seguiré contando la misma historia que he contado ya millones de veces a amigos y familiares. Porque incluso más de 10 años después, no olvidaré ese momento en el que Witten siguió corriendo con el balón, a pesar de que su casco hubiera sido arrancado por los defensivos de Philadelphia.
En ese momento, con ocho años de edad, supe con completa certeza quien era mi jugador favorito. Y estoy seguro que miles, si no es que millones de aficionados, niños, jóvenes y adultos, se sintieron igual.
En una era en la que el Quarterback Tony Romo siempre ha sido un tema de polémica entre fans (unos diciendo que fue un gran mariscal mientras otros dicen que no fue bueno) y en una era en la que tanto el coaching como la administración llevan a discusiones acaloradas, el amor por Jason Witten siempre fue compartido entre los fieles seguidores a los Cowboys.
Nunca hubo ningún debate respecto a la entrega, la pasión, el esfuerzo y la calidad de Jason Witten como jugador ni como persona. Como líder, la presencia de Witten será echada de menos sin duda. Pero como bien lo dijo en su rueda de prensa, es hora de que surjan nuevos líderes dentro del equipo, como Dak Prescott.
Jason Witten se retira todo, excepto con un trofeo Lombardi. En una era en la que el equipo jamás logro conseguir “el sexto”, Witten fue un jugador nivel Super Bowl. Witten fue un campeón.
Podríamos hablar sobre todas sus grandiosas estadísticas y demás, pero un jugador de ese calibre no se puede ni siquiera resumir en números. Cuando llegue su momento, Jason tendrá su lugar en Canton, en el Salón de la Fama.
Por ahora, no queda más que agradecerle al #82. Por todos los momentos que nos regaló, por como nos hizo sentir y por su incuestionable esfuerzo dentro y fuera del campo. Fue, es y será alguien realmente especial en el mundo de la NFL.
De parte de Inside The Star, gracias y suerte en tus futuras aventuras, Jason.