El Thursday Night Football entre los New Orleans Saints y los Dallas Cowboys realmente tuvo un marcador inesperado para la gran mayoría de los aficionados de la NFL. Si bien algunos veían venir un juego cerrado entre ambos equipos, nadie veía venir a los Saints limitados a 10 puntos en todo el partido.
Previo a este partido, habíamos hablado de la defensiva de los Dallas Cowboys como una que potencialmente tenía calibre de campeonato. Sin embargo, no la habíamos puesto a prueba contra una ofensiva de ese nivel. Pero justo eso sucedió el jueves por la noche, cuando los Cowboys recibieron en el AT&T Stadium a la unidad de los Saints que promediaba más de 37 puntos por juego.
La actuación del duo de linebackers Jaylon Smith y Leighton Vander Esch ha sido algo espectacular y la principal razón del éxito para Dallas. Ambos jóvenes han dominado semana tras semana y a la hora de enfrentarse a una ofensiva tan versátil y talentosa como la de New Orleans, nos demostraron su habilidad una vez más.
Byron Jones y DeMarcus Lawrence continúan sorprendiendo a sus fans de igual manera, ganándose el derecho a un par de contratos jugosos en un futuro bastante próximo.
Los Cowboys lograron mantener a los Saints en 176 yardas totales, a pesar de que promediaban 417 contra el resto de sus oponentes. Si a esto sumamos el hecho de que la defensiva no contó con mucho apoyo de parte de la ofensiva, que sólo logró anotar 13 en toda la noche, realmente se merecen un gran aplauso.
Pero no sólo los jugadores, sino los coaches defensivos que han marcado la pauta para esta nueva defensiva en Dallas. Tanto Rod Marinelli como Kris Richard merecen gran parte del crédito por el gran dominio de la defensiva.
Desde su llegada a Dallas, Richard ha tomado un rol bastante importante, incluso a la hora de mandar las jugadas defensivas. A pesar de poder mejorar en varias posiciones, la defensiva de los Cowboys tiene muchísimo talento y será uno que los Cowboys tendrán que saber explotar a lo largo de los siguientes año. Sobre todo si Vander Esch y Smith siguen al frente.
¿Son los Cowboys contendientes al Super Bowl?
Vaya que es una pregunta difícil de contestar. Antes del día de ayer, la respuesta sin duda alguna era un rotundo “no.” Debido a una ofensiva tan inconsistente, era difícil visualizarlos ganando ante ofensivas tan poderosas como la de los Los Angeles Rams o la de los… Saints.
Pero después de ver la actuación de la defensiva ante el mejor equipo en toda la NFL, la perspectiva sobre este equipo va cambiando, como lo ha hecho todo el año.
Una defensiva como esta puede ganar campeonatos, pero la ofensiva tiene que ser considerablemente mejor. En varias ocasiones, los Cowboys estuvieron a punto de entregar el juego. Pero más preocupante que eso es el hecho de que pudieron terminar el partido mucho antes de lo que lo hicieron. Pero el problema fueron los errores constantes. Las entregas de balón, los castigos.
Simple y sencillamente, en noviembre puedes ganar un partido de esa manera, pero en enero es mucho más complicado. Sobre todo a la hora de enfrentarse a equipos con tanta experiencia en la cabeza como Brees y el HC Sean Payton.
Si la ofensiva es capaz de capitalizar en la zona roja y mejorar en tercer down, no hay manera de negar que este equipo que estamos viendo actualmente no es el mismo que vimos en septiembre y octubre. Sin lugar a dudas, algo ha cambiado. Y la defensiva mejora semana tras semana.
Y si le pudieron ganar a New Orleans, ¿por qué no retratarlos como unos contendientes?
La afición de los Dallas Cowboys ha vivido pocos momentos tan emocionantes como el del día de hoy. Un juego en el que nadie les daba una oportunidad, y sorprendieron al mundo de una manera muy sorprendente. Es un buen día para ser un aficionado de los Cowboys. Igual de bueno que aquella vez en que Dallas le quitó lo invicto a los Saints del 2009.