La sexta derrota de la temporada para los Dallas Cowboys es más que un número en el récord del equipo. Jugando en casa y en Día de Acción de Gracias, los Cowboys recibían a los Buffalo Bills con esperanzas de conseguir su primera victoria ante un equipo con récord ganador. Sin embargo, los Bills expusieron la realidad de los Cowboys y las realidades que es momento de enfrentar.
El partido fue difícil de ver para los aficionados de Cowboys y sin duda alguna es difícil encontrar las palabras para describirlo. Simplemente, no estaban preparados para el juego. Cometieron errores en todas las fases del partido e incluso cuando no los cometieron, fueron superados por los Bills.
Dak Prescott tomó pésimas decisiones, los receptores fueron controlados por la secundaria de Buffalo, la línea ofensiva y la defensiva perdieron sus respectivas batallas en las trincheras y Brett Maher continuó su inconsistente estadía en Dallas con dos goles de campo fallidos. En la banda, los coaches una vez más dejaron mucho que desear mientras observábamos un equipo perdido y derrotado en pantalla.
Pero nadie atrajo más atención que el Head Coach Jason Garrett. Por meses hemos hablado de la seguridad de trabajo de Garrett y lo difícil que sería para este equipo despedirlo a mitad de temporada. Es difícil encontrar una buena alternativa para ser un coach “interino” en un año en el que aún tienes oportunidad de llegar a los playoffs, como es el caso para los Cowboys siendo que están en primer lugar de la NFC East.
Pero mientras veíamos a los Cowboys siendo aplastados de esa manera en una fecha tan tradicional para la franquicia, muchos dudamos del futuro inmediato de Garrett en Dallas. Dichas dudas no duraron tanto tiempo debido a la rápida declaración del dueño de los Cowboys, Jerry Jones.
“Este no es el momento… No voy a hacer un cambio de coacheo.” – Jones al finalizar el partido
La declaración no es sorprendente. Pero es difícil de aceptar. El dueño y General Manager de los Cowboys habló aguantando lágrimas sobre la fe que le tiene al coach y a los jugadores de ganar sus siguientes partidos y tener un final de “cuento de hadas” con un Super Bowl como el final feliz.
Sería algo de película, pero lamentablemente, no estamos hablando de Hollywood. Estamos hablando de Dallas. En particular, de un coach que no ha sido lo suficientemente bueno para dar el siguiente paso con equipos talentosos. Un coach que ha fallado constantemente en los momentos grandes y hasta el momento no la superado la Ronda Divisional en la postemporada. Ni siquiera cuando tuvo equipos con 12 victorias (2014) ni 13 (2016).
Pero Jerry Jones no le dirá a Garrett que haga las maletas todavía. Los jugadores siguen apoyando públicamente a Garrett y asumiendo responsabilidad por los pocos resultados. ¿Por qué? Es lo difícil de comprender.
Los Cowboys no están esperando que ningún jugador estrella regrese de lesión. No han tenido una suspensión que afecte el rumbo de su temporada. En diciembre, el último mes de la temporada, no habrá un cambio importante en el roster del equipo. ¿Cuál será la diferencia?
Jones siempre ha sido una figura controversial entre aficionados desde el momento en el que compró al equipo. Seré el primero en decir que muchas críticas que recibe no están fundamentadas, como cuando se le acusa de que no le importa ganar porque sigue ganando dinero.
Pero en este momento, Jerry ha tomado una postura que le duele a todos los aficionados. Mantener a Garrett en su puesto, después de tan decepcionante desempeño en una temporada llena de expectativas, se siente como una traición. Todo porque tiene la esperanza de tener un cuento de hadas.
Nada cambia.
A menos de que ocurra un milagro, Garrett no estará en Dallas en el 2020. Por lo menos, eso parece estar claro. Pero siendo honestos, ya es momento de que estuviera fuera.
Los Cowboys aún tienen una oportunidad de jugar en enero, pero incluso si lo logran, tendrán que jugar de visita más allá de la ronda Wild Card. Enfrentarían equipos como los New Orleans Saints o los San Francisco 49ers. A pesar de contar con talento y ciertas piezas clave, la fecha de expiración para los Cowboys llegará antes de febrero.
