Después de los gloriosos tiempos en el que los Super Bowls y campeonatos de conferencia eran más que solo sueños para los Dallas Cowboys, pocas cosas o jugadores han sido realmente “grandes.” La última vez que este equipo llevo un Trofeo Lombardi a casa fue en 1996. Desde entonces, ha habido unas cuantas buenas temporadas, pero nada que se escribirá en los libros de historia.
Sin embargo, algunos jugadores le brindaron vida a esta era reciente de los Cowboys. Jason Witten, sin duda, es uno de ellos.
En su carrera en la NFL, Witten se ha perfilado como uno de los mejores alas cerradas en su era y en la historia de la liga. Su lugar en el Salón de la Fama en Canton Ohio está garantizado, siendo la única incógnita el si estará dentro en su primer año como candidato elegible o si tendrá que esperar para vestir el saco dorado que todos los jugadores ansían desde pequeños.
Y es que Jason Witten es más que aquel jugador que continuó corriendo a pesar de que una colisión le había arrancado el casco de la cabeza. Es más que aquel tight end que se quedó a solo un touchdown de empatar a Dez Bryant por las más recepciones de anotación en la historia de la franquicia.
Jason Witten es una historia de consistencia. En su carrera de 16 temporadas, Witten jugó 255 de 256 partidos posibles. La única vez que se perdió un encuentro fue cuando se rompió la mandíbula… en el 2003… su temporada de novato.
“El secreto está en la tierra” dijo Witten en la rueda de prensa de su retiro después de la temporada del 2017.
Brad Pitt, interpretando a Billy Beane en la película Moneyball pregunta, “¿cómo puedes no ser romántico sobre el baseball?” Yo, como un aficionado de los Dallas Cowboys pregunto…
¿Cómo puedes no ser romántico sobre Jason Witten?
Quizá la respuesta sea la temporada del 2019. Después de estar retirado por una temporada, el regreso de Jason a Dallas no fue del todo productivo. Su campaña fue una para el olvido, con solo 529 yardas a su nombre, su producción más baja desde su año de novato.
En una ofensiva que terminó como la #2 en eficiencia en toda la liga, Witten no pudo brillar. De hecho, muchos aficionados y analistas llegaron a frustrarse porque el veterano le estaba quitando repeticiones a nada más y nada menos que Blake Jarwin, un tight end que no ha podido tener participación de titular a pesar de mostrar destellos prometedores cuando se le da la oportunidad.
Es difícil saber si veremos al #82 en el campo cuando comience la temporada del 2020. Pero si si, ¿estará con los Cowboys? ¿Decidirá irse a otro equipo después de pasar 16 años en su primer y única parada? Para los fans, verlo retirarse sería lo más fácil. El equipo avanzaría y Witten se mantendría fiel a su viejo equipo.
Pero, al final del día, ese es un deseo egoísta. Si Witten decide quedarse en la NFL y no es con los Cowboys, ¿quiénes somos para detenerlo? La otra gran pregunta es, ¿quién estará interesado en sus servicios?
Hay muchas razones por las cuales no querer ver a Jason de vuelta a los Dallas Cowboys. Pero, hey… ¿Cómo puedes no ser romántico sobre Jason Witten?