Los Dallas Cowboys tuvieron un interesante 2018. La ofensiva dejo mucho que desear toda la primera mitad de la temporada cuando carecían de un receptor número uno. No fue hasta media temporada cuando consiguieron a Amari Cooper de los Oakland Raiders, que la ofensiva comenzó a verse realmente amenazante. Siendo sinceros, el cuerpo de receptores de los Cowboys lucía muy débil al inicio y Michael Gallup aún no conseguía mucho tiempo de juego en el emparrillado. Incluso una vez en el equipo, a pesar de las grandes hazañas de Cooper en Dallas, la ofensiva no terminó de dar el siguiente paso.
Sí, con Amari en el equipo vimos un equipo de Cowboys que movía constantemente las cadenas e incluso se convirtió en una de las mejores unidades en tercera oportunidad en la liga, pero no fue suficiente. Los problemas en zona roja persistieron y continuamos viendo una selección de jugadas muy cuestionable semana tras semana.
Es por eso que al finalizar la temporada, la administración de los Cowboys finalmente tomó una decisión muy anticipada. El entonces coordinador ofensivo, Scott Linehan, fue despedido.
En cuanto a talento, los Dallas Cowboys no verán un cambio mayor en su ofensiva. Cole Beasley, uno de los mejores WR slot en la NFL, firmó con los Buffalo Bills durante la agencia libre. A pesar de la llegada de Randall Cobb, la ofensiva probablemente extrañará bastante a Beasley. Además está el regreso de Jason Witten al campo, quien se repartirá el balón mucho con los jóvenes del equipo, principalmente con Blake Jarwin. Por último, Travis Frederick podría estar de regreso como el centro titular. Fuera de eso, no se anticipan cambios de jugadores en la ofensiva.
Y a pesar de esto, la afición de los Cowboys espera ver un cambio grande entre la ofensiva del 2018 y la de 2019. Si las cosas salen bien, así será. Pero más que por el talento del equipo, que ya está ahí y es un muy buen talento, deberá ser por el hombre al mando.
Kellen Moore ha tomado las riendas como el nuevo coordinador ofensivo y finalmente podremos ver su potencial. Muchos han criticado a Moore, en gran parte por nunca haber sido un quarterback exitoso en la NFL. Sin embargo, hay muchas razones por las cuales deberíamos estar emocionados.
Desde que Moore salió de la universidad de Boise State, se le veía como un prospecto muy inteligente. Incluso analistas como Jon Gruden (en ese entonces conductor del programa de ESPN Gruden’s QB Camp) mencionaban que Moore probablemente no sería un gran mariscal, pero que tenía la mente de un coach.
En Boise, Moore trabajaba con la ofensiva del actual coach de los Washington Huskies, Chris Petersen. Esta ofensiva es una muy complicada que le exige al mariscal saber casi tanto como un jugador profesional. Muchos han descrito a Moore como un genio ofensivo que será un gran coach en el futuro.
Para los Cowboys, Kellen Moore será una pieza clave en 2019. Si vemos una ofensiva realmente diferente, será gracias a su creatividad y filosofía que implementa a un grupo bastante talentoso en Dallas. Los jugadores están ahí, ¿sabrá el coordinador ofensivo de 30 años aprovecharlos?