Los Dallas Cowboys no pudieron con las expectativas que su defensiva inspiró en la temporada 2019. En el 2018, la gran temporada de la unidad de Rod Marinelli y Kris Richard prometía que un futuro grande se acercaba, pero fallaron en conseguir que el éxito fuera sostenible. Muchas cosas salieron mal la temporada pasada, pero ninguna unidad fue tan decepcionante como la línea defensiva. Con las recientes adquisición del equipo, las cosas podrían cambiar significativamente.
En los extremos, Robert Quinn y DeMarcus Lawrence cumplieron con su trabajo en 2019. Lawrence, a pesar de no contar con números muy altos en el departamento de capturas al quarterback, fue sorprendentemente constante presionando el juego aéreo y frenando los ataques terrestres de los rivales.
Robert Quinn, por otra parte, resultó ser uno de los mayores robos en la temporada después de que la directiva pagó solo una selección de sexta ronda a los Miami Dolphins por un defensivo que produjo 11.5 sacks y lideró la liga en porcentaje de presiones exitosas. Es justo cuestionar que tan consistente fue en realidad, pero hizo un buen trabajo.
Pero por todo lo bueno que vimos de Quinn y Lawrence, vimos pésimas actuaciones en el interior de la línea defensiva de Dallas. Los tackles defensivos fallaron en generar un impacto relevante. Antwaun Woods se perdió seis juegos y no recuperó el nivel de juego que se esperaba de él. Maliek Collins siguió siendo explosivo, pero inconsistente.
El equipo tuvo que firmar a Michael Bennett, quien ha jugado tanto en el interior como en el extremo para remediar la situación lo más posible. A pesar de dar resultados, el daño fue irreparable.
No había integridad para atacar grietas en las trincheras, y el mal trabajo de los tackles defensivos se vio reflejado en la actuación de los linebackers. Jaylon Smith, Sean Lee y Leighton Vander Esch se veían en aprietos frecuentemente por un frente defensivo que no les hacía ningún favor y les daba un trabajo más difícil de lo normal.
Ahora, los Dallas Cowboys se han renovado en la línea defensiva. El DE Quinn firmó un contrato con los Chicago Bears dejando un hueco importante en el extremo derecho de la defensiva, pero los refuerzos para el interior dejan mucha tranquilidad.
Gerald McCoy y Dontari Poe, quienes estuvieron la temporada pasada con los Carolina Panthers, llegan al equipo con contratos de un año. Ambos veteranos podrán brindar un impacto inmediato a una defensiva que realmente lo necesita. Finalmente, el equipo le dio prioridad a una posición que frecuentemente ignoraron en distintas agencias libres y en el NFL Draft.
McCoy probablemente jugará en la posición de 3-technique (alineado en el hombro externo del guardia) mientras que Poe, siendo más pesado, tendrá un rol de tackle defensivo 1-technique (alineado en el hombro del centro) o incluso como nariz (encima del centro). La llegada de Poe incluso ha causado que algunos especulen si el coordinador defensivo Mike Nolan jugará con la posibilidad de paquetes defensivos de formación 3-4.
La llegada de estos jugadores no solo mejora la posición de tackle defensivo, sino que le complica el trabajo a los oponentes de lidiar con DeMarcus Lawrence. Libera más entradas para los linebackers y les ayuda a tener que hacer menos lecturas. Además, tanto McCoy como Poe pueden contribuir a la cacería de cabezas de quarterbacks.
Hay muchas cosas que mejorar en la secundaria de los Dallas Cowboys, pero con un ala defensiva rellenando el hueco de Robert Quinn, esta línea podría ser la mejor en muchos años para el equipo.