En los últimos días, muchos deportes han hecho su mejor esfuerzo por escabullir un par de buenas noticias en nuestras vidas. La NBA aprobó su plan de regreso, la NHL tiene una ruta para actuar, torneos de golf están siendo anunciados, la UFC y NASCAR continúan y el fútbol soccer está arrancando alrededor del mundo. En el caso de la NFL también hay buenas noticias, los entrenadores volverán a las instalaciones a partir de hoy.
Esto último coincide con lo que hemos escuchado muchas veces respecto al fútbol americano en 2020: que van a regresar a tiempo.
A diferencia de muchos otros deportes, la NFL ha contado con la ventaja de tener una temporada con un calendario sin alteraciones debido al comienzo de su temporada regular en septiembre. Claro, el NFL Draft fue virtual y los equipos no han comenzado entrenamientos presenciales, pero si pueden comenzar training camp en julio, no se verán tan impactados como muchos otros deportes.
Con los entrenadores en sus instalaciones, parece que la liga va justo a tiempo para un regreso a tiempo. Sin embargo, esta semana se dio a conocer el mayor obstáculo que el football americano tiene en el camino para esta temporada.
Los reporteros de NFL Network Ian Rapoport, Mike Garafolo y Judy Battista reportaron esta semana que la liga y la asociación de jugadores tendrían que llegar a un acuerdo previo a la temporada del 2020 de como se manejará el tope salarial en 2021. ¿Qué tiene que ver un año con el otro? Les explico.
Como bien sabemos la contingencia actual ha provocado muchos cambios en nuestras vidas, incluyendo el hecho de que por el momento no puede haber reuniones masivas, como las hay en los estadios de deportes profesionales. Por ende, es casi un hecho que la NFL se jugará sin el 100% de los fans en las gradas.
De hecho, resulta difícil descartar que no se permita ningún aficionado, a pesar de que el gobernador de Texas aseguró que en su estado ya se pueden abrir las puertas de estadios profesionales y colegiales al 50% de su capacidad.
El punto es que las gradas no estarán llenas como suelen estarlo. Lo cual significa menos ventas de boletos, cervezas, hot dogs y jerseys favoritos comprados en el estadio como recuerdo. Los ingresos de la NFL bajarán lo cual impacta a los jugadores y a los dueños.
Al final de cuentas, ambas partes funcionan como “socios.” El 48% de los ingresos se dirige a los jugadores y el resto a los dueños. Es por eso que hay un tope salarial en la liga, así es como funciona. El 48% del dinero va para los jugadores.
Y aquí es donde radica el problema que enfrentarán los dueños y jugadores en futuras negociaciones que tendrán que resolver rápidamente.
Cada año, el tope salarial se determina en los ingresos esperados de la liga. Pero si hay una alza o caída drástica en dichos ingresos, el tope puede ser ajustado. Por los últimos años, el tope salarial ha crecido anualmente a un ritmo de casi diez millones de dólares por año.
Si no hay aficionados en las gradas en 2020, lógicamente los ingresos bajarán y por ende el tope salarial del 2021 bajaría. Esto podría significar un desastre para la liga, ya que los contratos actuales no se ajustarían y los equipos podrían quedarse con poco espacio para gastar.
Vaya, ¿qué pasaría con los agentes libres? ¿O tantos veteranos que podrían ser cortados por sus equipos?
Es demasiada incertidumbre, ¿cierto? El tope salarial, sin embargo, podría evitar bajar de golpe si el sindicato y los dueños llegan a un acuerdo de como manejar las cosas anticipadamente. Quizá puedan pedir prestado dinero de los futuros contratos con televisoras o podrían hacer ajustes.
Lo que no parece una opción después de firmar un acuerdo colectivo de trabajo hace un par de meses es solicitar que los jugadores acepten un recorte de sueldo.
Sea como sea, se reportó que ambas partes quieren llegar a un acuerdo de como manejarán las cosas en 2021 desde antes de que comience la temporada 2020. Es muy entendible, cierto que la incertidumbre económica es mucha para llevar a cabo la temporada este año si lo ingresos van a bajar drásticamente.
La NFL está muy a tiempo de solucionar este obstáculo, pero si no se ponen del mismo lado rápido, uno nunca sabe lo que puede pasar. Después de pasar meses y meses negociando el nuevo acuerdo de trabajo que acaban de alcanzar, es tiempo de sentarse a negociar una vez más.