Muchas cosas están en juego para los Dallas Cowboys en la temporada del 2018, entre ellas la seguridad del Head Coach Jason Garrett. A pesar de los comentarios de parte de Stephen y Jerry Jones, que aseguran que Garrett no está en el “asiento caliente” este año, es casi una seguridad que de tener otro año decepcionante, es tiempo de despedir al entrenador en jefe y conseguir una cara nueva para liderar al equipo.
Un equipo que no ha visto la gloria desde que Troy Aikman era el quarterback del equipo, el equipo de Dallas debe estar desesperado por un sexto Trofeo Lombardi. Por tantos años, los Cowboys tuvieron a Tony Romo, DeMarcus Ware, Jason Witten y más jugadores cuyos talentos no pudieron resultar en campeonatos.
Ahora, con bastantes jóvenes prometedores en el equipo, es tiempo de que el equipo de coaches demuestre si es o no es capaz de aprovechar una línea ofensiva de primer nivel, un QB capaz como Dak Prescott, uno de los mejores corredores en la NFL actualmente y una defensiva más que decente.
La administración decidió darle (por lo menos) otro año de gracia a Garrett, Marinelli y Linehan, despidiendo casi a todos los entrenadores de posición, etc. Nos guste o no tener al mismo elenco de coordinadores para el 2018, es lo de menos.
El punto es que estarán ahí. Sin duda alguna, los tres con riesgo de estar desempleados al finalizar la temporada.
La pregunta es: ¿Cuánto tiene que conseguir Jason Garrett para tener su trabajo seguro?
Es una pregunta difícil, sin duda. En los últimos cuatro años, hemos visto dos excelentes temporadas de parte del equipo. Vaya, la NFL nombró a Garrett el Coach del Año en el 2016, cuando los novatos Elliott y Prescott lideraron a Dallas al sembrado #1 de la NFC.
Ninguna de esas dos veces han logrado pasar de la ronda divisional, cayendo en ambas ocasiones ante los Green Bay Packers.
Claro, llegar a la pos-temporada es una hazaña en una liga tan competitiva como la NFL. Pero, ¿será llegar a los playoffs suficiente para salvar a Garrett?
Probablemente no. Ya sabemos que Garrett es capaz de conseguir que su equipo juegue en enero. Lo que no sabemos es si puede competir por el título de la Conferencia Nacional. No sabemos si es capaz de llegar a un Super Bowl, lo cual es la meta de un equipo como el de los Cowboys.
Para Garrett, lo mínimo debería ser llegar al Campeonato de la Conferencia Nacional. Incluso si el equipo es eliminado un juego antes del Super Bowl, entendería que se quedaran con el Head Coach para el futuro.
Sin embargo, si hablamos de otra vea quedarse estancados en la ronda divisional, o peor aún, de un año más sin playoffs, el equipo debería de buscar dirigirse en otra dirección.
Ya sea buscar un coach en el mundo del football americano colegial o quedarse con un nombre “de la casa” (Ejem… Kris Richard), la administración tiene que buscar alguien que no desperdicie el talento de un equipo muy joven y prometedor.
Por ahora, no queda más que esperar que Jason Garrett y los Dallas Cowboys tengan tanto éxito en el 2018 que esta discusión carezca de sentido en ocho meses.